(Komárom [actualmente Komárno, en Eslovaquia],
Imperio austrohúngaro, 30 de abril de 1870 – Bad Ischl, Austria, 24 de octubre
de 1948)
Sello emitido
por el servicio postal de Hungría en 1970
para conmemorar el centenario del
nacimiento de Lehár.
(Valor facial: 2 forintos)
Hijo de un
modesto compositor de música popular y director de la banda musical de un regimiento del ejército
austrohúngaro, Ferenc (más conocido por su nombre en alemán, Franz) Lehár fue
un célebre compositor de operetas húngaro que residió casi toda su vida en
Austria.
Fue a estudiar violín al conservatorio de Praga, donde Antonín Dvořák
descubrió en él otras dotes musicales y le aconsejó que aprendiera composición.
En 1899, al terminar sus estudios, regresó a Viena, donde residía su familia, y
colaboró con su padre hasta que en 1902 fue nombrado director
de la orquesta
del histórico Theater an der Wien, donde estrenó su segunda opereta, Wiener Frauen ('Mujeres vienesas'), que había compuesto aquel
mismo año (en 1896 ya había estrenado otra, que pasó casi inadvertida, en el
Teatro Municipal de Leipzig: Kukuschka).
Así empezó su
exitosa carrera musical, decantándose por la opereta, género muy en boga en
aquella época. Compuso más de una veintena, entre las que destacan Die lustige Witwe (‘La viuda alegre’,
1905), Der Graf von
Luxemburg (‘El conde de Luxemburgo, 1909), Zigeunerliebe (‘Amor gitano’, 1910), Frasquita (1922), Das Land
des Lächelns (‘El país de las sonrisas’, 1923, de la que compuso una
segunda versión en 1929), Der Zarewitsch
(‘El zarévich’, 1927), Friederike
(1928) y Giuditta (1934, retransmitida
en directo desde el Teatro de la Ópera de Viena por 120 emisoras de radio).
En 1922 se
asoció con el célebre tenor austriaco Richard Tauber, para
cuya voz escribió seis operetas, quien se convertiría en el principal intérprete
de sus composiciones.
En 1935 fundó su
propia empresa discográfica, Glocken-Verlag, para controlar mejor los
derechos
de autor de sus obras.
Las relaciones
de Lehár con el Tercer Reich fueron tensas, ya que la mayoría de los
libretistas que colaboraban con él eran judíos, y lo era también su esposa,
Sophie Paschkis, aunque ésta se había convertido al catolicismo antes del
matrimonio. Tuvo la suerte, sin embargo, de que a Hitler le gustaban sus
operetas, por lo que ordenó que cesaran las hostilidades contra el compositor
en todo
el Reich; llegaron tan lejos las atenciones que le dispensó el régimen
nazi que en 1938 su esposa recibió el estatuto de Ehrenarierin (‘aria de honor por matrimonio’).
En
contrapartida, y muy a pesar del músico, el régimen nazi utilizó sus
composiciones como medio de propaganda, e hizo que sus operetas se
representaran en París en 1941, durante la ocupación de Francia. Sin embargo, sus esfuerzos e incluso su intento de entrevistarse con Hitler para
evitarlo resultaron totalmente inútiles: sus libretistas fueron perseguidos y uno de ellos, Fritz
Löhner-Beda, fue deportado a Auschwitz y asesinado junto a su esposa.
Aunque residió
casi toda su vida en Austria, Lehár jamás abandonó su lengua natal, el húngaro,
en
la que se comunicaba con amigos y conocidos y utilizaba, cuando convenía, en
su correspondencia.
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