(Catania,
Sicilia, 11 de octubre de 1913 – Roma, 5 de abril de 1995)
Serie de dos
sellos dedicada a Emilio Greco, emitida por
la República de San Marino el 9 de nayo
de 1974.
(Valores faciales: 100 y 200 liras)
Serie de dos
sellos emitida por el correo italiano el 29 de septiembre de 1979,
con motivo
de la 3.ª Exposición Mundial de las Telecomunicaciones.
(Valores faciales: 170
y 220 liras)
Sello emitido
por la República de San Marino el 23 de octubre de 1998
con motivo de la
Exposición Mundial de Filatelia “Italia ‘98” en Milán.
(Valor facial: 1800
liras)
Sello emitido
por el correo italiano el 11 de octubre de 2013
con motivo del centenario del
nacimiento de Greco.
(Valor facial: 0,70 euros)
Fascinado desde
niño por las esculturas grecorromanas que veía en su ciudad natal, Emilio Greco
quiso estudiar arte, algo muy difícil en la Catania provinciana de su época,
sobre todo para una familia modesta. Sin embargo, demostró pronto su habilidad
como dibujante y la casualidad quiso que a los trece años, a causa de una
enfermedad de su padre, tuviera que ponerse a trabajar y fuera a parar,
precisamente, al taller de un escultor de monumentos funerarios.
Allí modeló con
arcilla numerosas esculturas clásicas que llamaron la atención de su patrono,
quien intercedió para que expusiera sus primeros dibujos en el Círculo
Artístico de Catania
y, posteriormente, en Palermo, donde gustaron al tipógrafo
y editor Priulla, que le compró algunos, lo cual le proporcionó recursos para
viajar a Roma.
En 1934
superó las pruebas de admisión de la
Academia de Bellas Artes de Palermo y, después de haberse diplomado, abrió su
primer estudio. Durante la segunda guerra mundial fue enviado al frente, donde
no dejó de dibujar, y en 1942, libre ya de obligaciones militares, se
estableció en Roma. Al año siguiente su obra estuvo presente con dos terracotas
en la IV Cuatrienal de Arte de la capital italiana. Cuando los nazis ocuparon
Italia (1943) tuvo que esconderse y, acabada la guerra, fue contratado como
dibujante por la Cruz Roja estadounidense, con lo que empezó a ganarse la vida.
En 1947 pudo
viajar por primera vez a París con las juventudes comunistas, y allí convivió
con algunos artistas afamados, por lo que regresó a Italia a regañadientes. A
partir de entonces su nombre empezó a sonar en los ambientes artísticos, lo
cual le permitió participar en otras importantes exposiciones. Su fama, sin
embargo, se consolidó en la Bienal de Venecia de 1950, donde expuso algunas
esculturas. En los meses siguientes expondría en Nápoles y Múnich y conseguiría
colocar su obra en la famosa galería Bergamini de Milán, donde coincidió con
varios de los artistas italianos más prestigiosos de aquella época. Fue por
entonces, también, cuando entabló una estrecha relación de amistad con el
escritor Leonardo Sciascia. Algunos museos importantes, como la
Tate Gallery de Londres, empezaron a comprar obra suya.
Uno de sus
mayores éxitos fue, sin embargo, su monumento a Pinocho (1956). A partir de
aquel momento realizó sus esculturas más famosas, empezó a exponer en grandes
ciudades de todo
el mundo y obtuvo importantes premios. Entre sus obras más
notables se encuentran las puertas de la catedral de Orvieto (en las que
trabajó desde 1964 hasta 1970, y que fueron muy polémicas en su momento). En
1964 también le fue encargado por el Vaticano un monumento al papa Juan XIII
para la basílica de San Pedro.
En 1991 se
inauguró en Orvieto el Museo Emilio Greco, que recoge sus esculturas y dibujos
más sobresalientes y que puso fin a su trayectoria itinerante. En 1992 se le
dedicaría otro museo en Sabaudia (al sur de Roma, donde había pasado largas
temporadas), y lo haría también su ciudad natal, Catania, para exponer su obra
gráfica.
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