(Pekín, República de China, 1 [0 12] de febrero de
1920 – Nyon, Suiza, 9 de abril de 2013)
Sello dedicado a Zao Wou-Ki, emitido por La Poste
para el correo francés el
12 de junio de 1995.
(Valor facial: 6,70 francos)
El pintor y grabador chino nacionalizado francés Zao
Wou-Ki, hijo de un banquero descendiente de una antiquísima familia, demostró
desde niño sus dotes para el dibujo. Se formó artísticamente en
la Escuela de
Bellas Artes de Hangzhou, donde ingresó a los catorce años. Allí aprendió las
técnicas pictóricas tradicionales de su país, así como caligrafía, y adquirió
buenos conocimientos teóricos.
Se acercó muy pronto, sin embargo, a la pintura
occidental, sobre todo por influencia de algunos profesores belgas y franceses
de la Escuela y por profesores chinos formados en París. Así pues, en
su
primera exposición, presentada en Chongqing en 1941, colgó cuadros de clara
influencia francesa, sobre todo de Picasso y Matisse, muy alejados de la
pintura tradicional china y del academicismo.
En 1947, después de haber expuesto su obra en
Shanghái, se embarcó en aquella ciudad, juntamente con su primera esposa,
Lan-Lan, rumbo a Francia; desembarcó en Marsella el 26 de febrero de 1948 y
desde allí se trasladó a París. Instalado en el barrio de Montparnasse, Zao
Wou-Ki frecuentó los cursos de la Académie
de la Grande Chaumière y se entusiasmó por el impresionismo, corriente que
marcaría la primera etapa de su personalidad artística.
En 1949 obtuvo el primer premio en un concurso de
dibujo, y el mismo año expuso su obra en la galería Greuze. Al
mismo tiempo aprendió las técnicas de la litografía, y en 1950 conoció a Henri Michaux, con
quien estableció una sólida amistad. A partir de entonces trabajó para su
galerista, Pierre Loeb, en
quien había depositado su confianza. En 1951 expuso sus litografías en Ginebra y Berna, y conoció la obra de Paul Klee, que se
convertiría en otro de sus referentes. En 1957 participó por primera vez en el Salon de mai, donde
expuso hasta 1978. Su obra empezó a ser reconocida, lo
cual le
permitió exponer no sólo en París –donde lo hacía regularmente–, sino también
en Basilea
y Lausana, y muy pronto en Washington, Chicago y Nueva York.
De repente su estilo evolucionó hacia formas más
abstractas: “Mi pintura se hizo ilegible”, manifestó él mismo en 1976, y
durante un año sus pinturas dejaron de venderse. En 1954, sin embargo, una exposición retrospectiva de su obra grabada en Cincinnati volvió a poner su nombre en el
candelero; además, los galeristas Gildo Caputo y Myriam Prévot, desde su Galérie de France, proclamaron que era “uno de los artistas que
volvían a marcar tendencia en la abstracción
lírica”, lo que contribuyó a que el mercado artístico volviera a apostar por él.
En 1959 se estableció en Nueva York, donde estableció
contacto con reconocidos artistas de la escuela norteamericana, de quienes
apreció la espontaneidad. Desde allí viajó por todos los Estados Unidos, y
luego a Tokio y Hong Kong. A partir de 1962, de regreso a París, ilustró libros
de André Malraux (gracias a cuya intermediación obtuvo la nacionalidad
francesa), Arthur Rimbaud, Saint-John Perse
e Yves Bonnefoy.
En 1975 regresó a China para visitar a su madre
enferma y pudo exponer en el Museo Nacional de Pekín, pese a las reticencias
del régimen comunista y el rechazo de los artistas adscritos al realismo
socialista. Por aquellos años su reconocimiento internacional
era un hecho. Más activo que nunca, realizó numerosas obras, algunas por
encargo, y expuso en todo el mundo. Fue galardonado con varios premios y sus
pinturas empezaron a estar presentes en colecciones, museos e instituciones
de numerosos
países.
Casado en terceras nupcias con Françoise Marquet,
ambos se establecieron en Suiza cuando el pintor contrajo la enfermedad de
Alzheimer. Uno de los hijos de Zao, fruto del primer matrimonio, acusó a Françoise de
querer apoderarse de su legado y la llevó a los tribunales. Ella, sin embargo, ganó
los pleitos y creó en Ginebra la Fundación Zao Wou-Ki para preservar y promover
la obra de su marido.
Enlaces de
interés
En francés).
Bibliografía
- D. Abadie & M. Contensou: Zao Wou-Ki. Ars
Mundi, París, 1988.
- Y. Bonnefoy & G. de Cortanze: Zao
Wou-Ki. Éditions de la Différence y Galerie Enrico Navarra, París, 1998.
- J. Frèches: Zao Wou-Ki. Obras,
escritos,entrevistas. Ediciones Polígrafa, Barcelona, 2007.
- N. Jacometti: L'Œuvre gravé 1949-1954
de Zao Wou-Ki. Catalogue
raisonné. Éditions Gutekunst & Klipstein, Berna, 1955.
- J. Laude: Zao Wou-Ki, Éditions de la
Connaissance, Bruselas, 1974.
- J. Leymarie: Zao Wou-Ki. Éditions Hier et Demain, París, 1978 (con 476 obras recopiladas y reproducidas).
- F. Marquet: Zao Wou-Ki. Les
Estampes 1937-1974. Prólogo de Roger Caillois. Arts et métiers graphiques, París, 1975 (con 264 obras recopiladas
y reproducidas).
- H. Michaux: Zao Wou-Ki. Les
Éditions Cercle d'art, 1980.
- B. Noël: Zao Wou-Ki, encres.
Librairie Séguier, París, 1989.
- C. Roy: Zao Wou-Ki. Éditions Georges Fall, Paris, 1957
(reedición ampliada, 1970).
- D. Vallier: Zao Wou-Ki. En torno al
gesto. Con una biografía por Françoise Marquet. Texto en español, inglés y
francés. Ediciones Polígrafa, Barcelona, 1978.
- D. de Villepin: Zao Wou-Ki et les
poètes. Éditions Albin Michel, París, 2015.
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