Los sellos (o estampillas, como suelen denominarse en la América latina) han sido siempre, desde que el Ministerio del Tesoro de Gran Bretaña emitió la primera viñeta postal adhesiva (el famoso penny black con la silueta de la reina Victoria) el 6 de mayo de 1840, además de elementos de franqueo –es decir, tasas para el pago previo de los envíos postales­– pequeños soportes de propaganda que, poco a poco, se irían coleccionando. El coleccionismo de sellos postales se denomina filatelia (palabra formada por los términos griegos philosλος ‘amante’] y ateles [τλος ‘pago previo’] desde que el francés Georges Herpin empleó por primera vez este concepto en un artículo publicado el 15 de noviembre de 1864 en la revista parisina Le collectionneur de Timbres Poste.

Aunque al principio en los sellos postales se utilizaron sobre todo efigies de emperadores, reyes y gobernantes, o bien símbolos nacionales, las imágenes representadas en esas viñetas fueron evolucionando y pronto dieron paso a conmemoraciones de acontecimientos históricos, y también a temas culturales de todo tipo: retratos de artistas, escritores, músicos…, reproducciones de obras de arte, monumentos y edificios significativos, etc.

Este blog pretende recoger sellos relacionados con el ámbito cultural en un sentido amplio pero al mismo tiempo exclusivo, en el sentido de que se centrará básicamente en la cultura humanística (recogerá, pues, sólo excepcionalmente la cultura científica y el deporte, por ejemplo), ofreciendo al mismo tiempo datos concisos sobre lo que se representa en las viñetas postales y enlaces útiles para quienes deseen ampliar esa información.

Cualquier aclaración, corrección o comentario útil para enriquecer y perfeccionar este espacio virtual se agradecerá y será bienvenido.

14 de noviembre de 2011

14. - Duke ELLINGTON


(Washington D.C., 29 de abril de 1899 - Nueva York, 24 de mayo de 1974)

Sello dedicado a Duke Ellington, emitido el 29 de abril de 1986 por el servicio 
postal de los Estados Unidos de América. (Valor facial: 22 centavos de dólar)


Edward Kennedy "Duke" Ellington está considerado, junto a Louis Armstrong y Charlie Parker, uno de los más importantes compositores de la historia del jazz. Era hijo de un mayordomo de la Casa Blanca, lo cual le permitió disfrutar de una infancia privilegiada e iniciar muy pronto los estudios musicales, que lo convirtieron en buen pianista y en un precoz compositor. En 1917 abandonó la escuela y desde entonces se dedicó exclusivamente a la música: a los diecisiete años ya dio su primer concierto como intérprete de ragtime, un género muy popular en aquella época.

Después de tocar con diversas bandas de su ciudad natal, en 1923 se estableció en Nueva York con todos los miembros del quinteto al que pertenecía, The Washingtonians, con el que cosechó no pocos éxitos. El grupo grabó sus primeros discos en 1924, y en 1926 popularizó su estilo particular, el jungle. A partir de entonces la carrera de Duke Ellington fue fulgurante, y adquirió renombre en todos los Estados Unidos gracias a la retransmisión radiofónica de muchas de sus actuaciones: poco a poco, el quinteto que él dirigía fue ampliándose, hasta convertirse en una banda de diez músicos.

A mediados de la década de 1940 se produjo un giro importante en su música, y se orientó sobre todo hacia las interpretaciones como solista de piano. Fue, sin embargo, en el Festival de Jazz de Newport (Rhode Island) de 1956 cuando él y The Washingtonians recibieron un impulso definitivo, que los llevó de gira por todo el mundo. La composición de las bandas sonoras para películas como Anatomy of a Murder (‘Anatomía de un asesinato’, 1959), de Otto Preminger, y Paris Blues (que se divulgó en español con el título ‘Un día volveré’, 1961), de Martin Ritt, lo incorporó además al mundo del cine.

En la década de 1960, sin abandonar su orquesta y continuar sus giras con ésta, compuso también música litúrgica. Su discografía, entre 1947 y 1973, cuenta con veintitrés títulos; algunos de ellos, como el último (Eastbourne Performance) son grabaciones en directo. 

Entre los reconocimientos de que fue acreedor están los doctorados honoris causa por las Universidades de Howard (1963) y Yale (1967), la Medalla Presidencial de la Libertad de los Estados Unidos (1969) y la Legión de Honor de la República Francesa (1973). En 1970 ingresó en el Instituto Nacional de las Artes y las Letras de los Estados Unidos, y en 1971 se convirtió en el primer músico de jazz miembro de la Real Academia sueca de la Música de Estocolmo. En 2009 su imagen fue inmortalizada en una moneda de 25 centavos de curso legal en los Estados Unidos, el primer reconocimiento de este tipo a un afroamericano.

“Duke Ellington hizo una música que podía ser tan suntuosa como esas suites orquestales de Bach o de Händel que tienen algo de vastas celebraciones del lujo terrenal de vivir. Con su esmoquin, con su pelo ondulado y brillante, Duke Ellington poseía una elegancia no menos refinada que la de Fred Astaire, e igual que él transmitía una sensación extrema de fluidez en su arte”  (Antonio Muñoz Molina: “Generación del 99”, en El País Semanal, Madrid, núm. 1182, 23 de mayo de 1999).

Enlaces de interés

Duke Ellington Official Website (página oficial, en inglés).
Duke Ellington (biografía, en español).
Duke Ellington (Wikipedia; biografía, en inglés).
Duke Ellington (biografía, en ingles).
Duke Ellington (con varios enlaces de audio; en inglés).
Edward K. (Duke) Ellington (biografía, discografía y otros enlaces; en inglés).
Edward “Duke” Ellington (The Red Hot Jazz Archive, con numerosos enlaces; en inglés).
A Duke Ellington Panorama (con una completísima información bibliográfica y discográfica; en inglés).
Duke Ellington Collection, 1927-1988 (una recopilación muy completa de su obra; en inglés).
Duke Ellington Quotes (Brainy Quote; recopilación de citas suyas, en inglés).
C. Roth Pierpont: “Black, Brown, and Beige: Duke Ellington’s music and race in America” (The New Yorker, 17.05.2010. En inglés).
Duke Ellington music download page (para descargar su música en mp3).
Vídeos de Duke Ellington.

13 de noviembre de 2011

13. - Pío BAROJA


(San Sebastián / Donostia, 28 de diciembre de 1872 – Madrid, 30 de octubre 
de 1956)

Sello emitido por el Correo español en 1978 con la imagen de Pío Baroja. 
(Valor facial: 25 pesetas.)

 Sello emitido por el Correo español en 2006, conmemorativo 
del 50º aniversario de la muerte de Baroja. (Valor facial: 0,29 euros.)

Miembro de una familia vinculada al menos durante cuatro generaciones a la cultura, Pío Baroja y Nessi se sintió atraído por la escritura y la lectura (sobre todo de filosofía alemana) desde muy joven, y mostró muy poco interés por su educación académica, pese a lo cual se doctoró en medicina y ejerció incluso como médico en la localidad guipuzcoana de Cestona / Zestoa.

Se dio a conocer en los ambientes culturales de Madrid como colaborador de diarios y revistas, donde manifestó sus simpatías por el anarquismo, y en 1900 publicó su primer libro, Vidas sombrías (una recopilación de cuentos), que mereció la atención de algunos intelectuales de la época, como Miguel de Unamuno, Benito Pérez Galdós y Azorín, lo cual lo vinculó a la denominada Generación del 98, aunque él negó la existencia de ésta.

Como periodista viajó por numerosos países de Europa, y su curiosidad le llevó a reunir una importante biblioteca relacionada con la brujería, el ocultismo y la historia del siglo XIX, que instaló en su caserío “Itzea”, en Vera de Bidasoa (Navarra), donde solía pasar los veranos. También viajó por casi toda España. Tras el estallido de la guerra civil española (1936) se refugió en Francia, y se mostró muy crítico con la República, aunque después de la guerra, cuando regresó a Madrid, se mantuvo a prudente distancia del régimen franquista y fue víctima de la censura de éste. Antes de la guerra había sido admitido en la Real Academia Española (1935).

En sus novelas se advierte su interés por la filosofía realista y la influencia que ejerció sobre él el pensamiento de Schopenhauer y Nietzsche. Entre sus numerosas obras como novelista destacan Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), Aurora roja (1905), Zacalaín el aventurero (1909), El árbol de la ciencia (1911), Las inquietudes de Shanti Andía (1911), El gran torbellino del mundo (1926), Los visionarios (1932), Laura o la soledad sin remedio (1939) y El puente de las ánimas (1944), además de los veintidós volúmenes de las Memorias de un hombre de acción (1913-1935). También son dignos de mención sus ensayos y, especialmente, sus memorias, recogidas en el volumen Desde la última vuelta del camino y publicadas íntegramente en 2006.

José Ortega y Gasset dijo de él, en su obra El Espectador (1916-1934): “El sentimiento de la insuficiencia que padecen las ideas y valores de la cultura contemporánea es el resorte que mueve el alma entera de Baroja. […] Cuando Baroja oye o escribe la palabra acción experimenta la misma aceleración de los pulsos que Stendhal con la palabra passion o Nietzsche con la palabra Macht (poderío). Y las tres palabras expresan matices diversos de un anhelo idéntico. […] La expresión de Baroja, privada de rotundidad y de deleite, lo mismo que su impresión de la vida, es la prosa ideal para que en ella fluya una de las más delicadas maneras de ser hombre: la sinceridad”.

El escritor Andrés Trapiello, por su parte, afirmó que "Baroja es seguramente el novelista más característico, el que tuvo las cosas más claras y el menos engolado de toda esa generación en la que no creyó nunca: 'Si la hay, yo no pertenezco a ella', dijo. Fue incluso mucho más que un novelista, incluso más que un escritor. Baroja, digámoslo ya, fue una manera de entender la vida, y de hecho nos ha legado un adjetivo, lo barojiano, en el que están cifradas algunas de esas peculiaridades vitales: la mezcla resultante del sentimentalismo, del liberalismo y del psicheísmo (proveniente este último de decir psiche y encogerse de hombros ante las adversidades con absoluta falta de entusiasmo)" ('Magazine' de La Vanguardia, Barcelona, 25 de enero de 1998).


Enlaces de interés

Presentación de Pío Baroja (página muy completa de gipuzkoakultura.net; en vasco y español).
El "todo terreno" de la novela (La cultura del XIX al XX en España. Biografía).
Pío Baroja (con fragmentos de algunas de sus obras).
F. Lucientes: “Entrevista a Pío Baroja” (El Sol, Madrid, 11 de noviembre de 1931).
O. J. Fernández Días, O. Pérez Caba y R. Sotomayor Bustamante: “Madrid y Pío Baroja: el Madrid de final de siglo reflejado en la obra barojiana”.
J.  Sainz de los Terreros: “Pío Baroja y los políticos”.
“Pío Baroja y El árbol de la ciencia (Proyecto Aula).
“Pío Baroja y su novela Aurora roja (1905)” (con enlaces a otras páginas).
L. Peiró: Zalacaín el Aventurero de Pío Baroja (1872-1956)” (comentario de la obra).
Cuentos de Pío Baroja (Biblioteca Digital Ciudad Seva. Con enlaces al texto íntegro de seis cuentos del autor).
Citas y frases célebres de Pío Baroja (Mundocitas).
Frases de Pío Baroja (Proverbia.net).