Los sellos (o estampillas, como suelen denominarse en la América latina) han sido siempre, desde que el Ministerio del Tesoro de Gran Bretaña emitió la primera viñeta postal adhesiva (el famoso penny black con la silueta de la reina Victoria) el 6 de mayo de 1840, además de elementos de franqueo –es decir, tasas para el pago previo de los envíos postales­– pequeños soportes de propaganda que, poco a poco, se irían coleccionando. El coleccionismo de sellos postales se denomina filatelia (palabra formada por los términos griegos philosλος ‘amante’] y ateles [τλος ‘pago previo’] desde que el francés Georges Herpin empleó por primera vez este concepto en un artículo publicado el 15 de noviembre de 1864 en la revista parisina Le collectionneur de Timbres Poste.

Aunque al principio en los sellos postales se utilizaron sobre todo efigies de emperadores, reyes y gobernantes, o bien símbolos nacionales, las imágenes representadas en esas viñetas fueron evolucionando y pronto dieron paso a conmemoraciones de acontecimientos históricos, y también a temas culturales de todo tipo: retratos de artistas, escritores, músicos…, reproducciones de obras de arte, monumentos y edificios significativos, etc.

Este blog pretende recoger sellos relacionados con el ámbito cultural en un sentido amplio pero al mismo tiempo exclusivo, en el sentido de que se centrará básicamente en la cultura humanística (recogerá, pues, sólo excepcionalmente la cultura científica y el deporte, por ejemplo), ofreciendo al mismo tiempo datos concisos sobre lo que se representa en las viñetas postales y enlaces útiles para quienes deseen ampliar esa información.

Cualquier aclaración, corrección o comentario útil para enriquecer y perfeccionar este espacio virtual se agradecerá y será bienvenido.

13 de noviembre de 2011

13. - Pío BAROJA


(San Sebastián / Donostia, 28 de diciembre de 1872 – Madrid, 30 de octubre 
de 1956)

Sello emitido por el Correo español en 1978 con la imagen de Pío Baroja. 
(Valor facial: 25 pesetas.)

 Sello emitido por el Correo español en 2006, conmemorativo 
del 50º aniversario de la muerte de Baroja. (Valor facial: 0,29 euros.)

Miembro de una familia vinculada al menos durante cuatro generaciones a la cultura, Pío Baroja y Nessi se sintió atraído por la escritura y la lectura (sobre todo de filosofía alemana) desde muy joven, y mostró muy poco interés por su educación académica, pese a lo cual se doctoró en medicina y ejerció incluso como médico en la localidad guipuzcoana de Cestona / Zestoa.

Se dio a conocer en los ambientes culturales de Madrid como colaborador de diarios y revistas, donde manifestó sus simpatías por el anarquismo, y en 1900 publicó su primer libro, Vidas sombrías (una recopilación de cuentos), que mereció la atención de algunos intelectuales de la época, como Miguel de Unamuno, Benito Pérez Galdós y Azorín, lo cual lo vinculó a la denominada Generación del 98, aunque él negó la existencia de ésta.

Como periodista viajó por numerosos países de Europa, y su curiosidad le llevó a reunir una importante biblioteca relacionada con la brujería, el ocultismo y la historia del siglo XIX, que instaló en su caserío “Itzea”, en Vera de Bidasoa (Navarra), donde solía pasar los veranos. También viajó por casi toda España. Tras el estallido de la guerra civil española (1936) se refugió en Francia, y se mostró muy crítico con la República, aunque después de la guerra, cuando regresó a Madrid, se mantuvo a prudente distancia del régimen franquista y fue víctima de la censura de éste. Antes de la guerra había sido admitido en la Real Academia Española (1935).

En sus novelas se advierte su interés por la filosofía realista y la influencia que ejerció sobre él el pensamiento de Schopenhauer y Nietzsche. Entre sus numerosas obras como novelista destacan Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox (1901), Aurora roja (1905), Zacalaín el aventurero (1909), El árbol de la ciencia (1911), Las inquietudes de Shanti Andía (1911), El gran torbellino del mundo (1926), Los visionarios (1932), Laura o la soledad sin remedio (1939) y El puente de las ánimas (1944), además de los veintidós volúmenes de las Memorias de un hombre de acción (1913-1935). También son dignos de mención sus ensayos y, especialmente, sus memorias, recogidas en el volumen Desde la última vuelta del camino y publicadas íntegramente en 2006.

José Ortega y Gasset dijo de él, en su obra El Espectador (1916-1934): “El sentimiento de la insuficiencia que padecen las ideas y valores de la cultura contemporánea es el resorte que mueve el alma entera de Baroja. […] Cuando Baroja oye o escribe la palabra acción experimenta la misma aceleración de los pulsos que Stendhal con la palabra passion o Nietzsche con la palabra Macht (poderío). Y las tres palabras expresan matices diversos de un anhelo idéntico. […] La expresión de Baroja, privada de rotundidad y de deleite, lo mismo que su impresión de la vida, es la prosa ideal para que en ella fluya una de las más delicadas maneras de ser hombre: la sinceridad”.

El escritor Andrés Trapiello, por su parte, afirmó que "Baroja es seguramente el novelista más característico, el que tuvo las cosas más claras y el menos engolado de toda esa generación en la que no creyó nunca: 'Si la hay, yo no pertenezco a ella', dijo. Fue incluso mucho más que un novelista, incluso más que un escritor. Baroja, digámoslo ya, fue una manera de entender la vida, y de hecho nos ha legado un adjetivo, lo barojiano, en el que están cifradas algunas de esas peculiaridades vitales: la mezcla resultante del sentimentalismo, del liberalismo y del psicheísmo (proveniente este último de decir psiche y encogerse de hombros ante las adversidades con absoluta falta de entusiasmo)" ('Magazine' de La Vanguardia, Barcelona, 25 de enero de 1998).


Enlaces de interés

Presentación de Pío Baroja (página muy completa de gipuzkoakultura.net; en vasco y español).
El "todo terreno" de la novela (La cultura del XIX al XX en España. Biografía).
Pío Baroja (con fragmentos de algunas de sus obras).
F. Lucientes: “Entrevista a Pío Baroja” (El Sol, Madrid, 11 de noviembre de 1931).
O. J. Fernández Días, O. Pérez Caba y R. Sotomayor Bustamante: “Madrid y Pío Baroja: el Madrid de final de siglo reflejado en la obra barojiana”.
J.  Sainz de los Terreros: “Pío Baroja y los políticos”.
“Pío Baroja y El árbol de la ciencia (Proyecto Aula).
“Pío Baroja y su novela Aurora roja (1905)” (con enlaces a otras páginas).
L. Peiró: Zalacaín el Aventurero de Pío Baroja (1872-1956)” (comentario de la obra).
Cuentos de Pío Baroja (Biblioteca Digital Ciudad Seva. Con enlaces al texto íntegro de seis cuentos del autor).
Citas y frases célebres de Pío Baroja (Mundocitas).
Frases de Pío Baroja (Proverbia.net).



4 comentarios:

Calogero dijo...

Me gustan...

The Traveler dijo...

Gracias, Calogero.

MA dijo...

Me gusta tu estupendo blog te sigo.
Te invito a visitar el mío El blog de MA.

Gracias.

Besos de MA.

The Traveler dijo...

MA, soy Albert, de TRANSEÚNTE... e IMPEDIMENTA, ya nos conocemos y conozco tu blog. Este es un entrenimiento cultural, y me alegro que te guste y que te hayas añadido a mis seguidores.
Gracias por tus palabras y un saludo cordial.